HERMANAS SIERVAS DE LA IGLESIA

 Vidas escondidas con Cristo en Dios

 Tomado de VIDA DIOCESANA, Año 32, Número 102, Diócesis de Sonsón – Rionegro, Marzo/Abril de 2006.

 Las cosas de Dios

Cuando en 1970, las Siervas de Cristo Sacerdote decidieron dar por terminado el servicio auxiliar que en su tarea apostólica les prestaban varias jóvenes a las que de­nominaban "Niñas Marías", las dejaron en libertad tanto para ingresar a dicha Con­gregación como para irse a otras si desea­ban o bien para retornar a sus hogares. Fue entonces cuando un grupo de 24 de ellas decidieron agruparse en una posible nueva familia religiosa que les permitiera seguir viviendo el carisma de servicio evangélico especialmente a los sacerdotes. Después de varios diálogos con el señor Cardenal Aníbal Muñoz Duque, 15 de las entusiastas jóvenes se pusieron de pie y manifestaron el propó­sito de continuar con su proyecto. A esta al­tura, ya tenían el respaldo del Excelentísi­mo Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo, Obis­po de Sonsón-Rionegro, quien a su vez ob­tuvo el respaldo del señor Nuncio Apostóli­co en Colombia, Monseñor Angelo Palma.

Así, el 25 de julio de 1971, en la misma ceremonia en la cual el señor Nuncio Apos­tólico coronó la imagen de la Virgen del Carmen de La Ceja, el Representante Ponti­ficio entregó el decreto episcopal por medio del cual Monseñor Alfonso erigía canónicamente la PÍA UNIÓN DE SIERVAS DE LA IGLESIA y les imponía como carisma y misión la prestación de un servicio senci­llo, humilde, alegre y desinteresado al Se­ñor y a su Cuerpo Místico que es la Iglesia.

 "El 15 de agosto de ese mismo año, en la solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María, las primeras 14 religiosas emitieron sus votos por un año como Sier­vas de la Iglesia. En una sentida carta, Mon­señor Alfonso animó a las nuevas Religio­sas a tener delante de ellas los ejemplos de Nuestra Señora y a consagrarse a Cristo y a la Iglesia con el mismo amor que María fue siempre la humilde esclava del Señor.

 Así fue creciendo esta obra hasta que el 6 de junio de 1992, en la vigilia solemne de Pentecostés, el mismo Monseñor Alfonso promulgó su decreto por medio del cual las Siervas de la Iglesia se convertían en Insti­tuto Religioso de Derecho Diocesano, de con­formidad con la autorización que para tal fin le había concedido la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Socie­dades de Vida Apostólica, en carta fechada en Roma el 8 de abril de 1992 y rubricada por Su Eminencia Eduardo Card. Martínez Somalo, Prefecto de dicho Dicasterio.

 Hoy, 35 años después de su erección ca­nónica, el Instituto "Siervas de la Iglesia" cuenta con 89 Religiosas profesas, 4 Junioras y 1 Novicia.

Vidas escondidas con Cristo en Dios

 Desde un principio, Monseñor Uribe qui­so que las Siervas de la Iglesia tuvieran como inspiración de su carisma la sen­tencia que encontramos en la Carta de San Pablo a los Colosenses:

 "Que vuestra vida esté con Cristo escondida en Dios". (Col 3,3b).

De ahí que su carisma se sintetice en esta frase:

"In Laudem Ministerii Christi"

(En alabanza del ministerio de Cristo).

 Ellas se consagran a servir a Dios en su Iglesia en la persona de los sacer­dotes actuales y futuros (por eso atienden también algunos seminarios). Su vida se gasta a través de un servicio evangélico, orante, alegre, desinteresado, delicado, generoso, silencioso, eficaz, humilde, ocul­to, abnegado, flexible y sencillo.

 "Ellas no se han dejado desorientar. Han releído el Evangelio una y otra vez, lo han meditado y han visto siempre en primer lugar a María, la Sierva del Señor, la pri­mera Sierva de la Iglesia como su modelo, sirviendo a Jesús, su Fundador. Como ella (María) han orado en silencio, han servido en una cocina, han aseado ropas, han glo­rificado a Jesús, han vivido con El y para El, y han estudiado la conducta de un Je­sús que dijo muy bien que «No he venido a ser servido, sino a servir". (Homilía de Mons. Alfonso, Junio 6 de 1992).

 Antes de morir, el mismo Mons. Uribe les recordó la esencia de su carisma con estas palabras:

 "Ustedes no tienen como misión predicar esto o aquello,

sino vivir el Evangelio de manera muy plena,

para de esa manera poder prestar la mejor ayu­da que es la del testimonio,

que debe te­ner en ustedes siempre el primer puesto".

 (Carta de Monseñor Uribe, el 17 de mayo de 1993,

2 meses antes de su tránsito a la Casa del Padre).

 Su presencia en la diócesis y en otros lugares de Colombia En la actualidad las Hermanas Siervas de la Iglesia están presentes en los si­guientes lugares, atendiendo estas obras:

 Casas Curales:

El Santuario (Parroquias N.S. de Chiquinquirá y San Judas Tadeo);

El Carmen de Viboral (P.N.S. del Carmen);

La Ceja (Basílica N.S. del Carmen y Casa Capitular);

La Unión (P.N.S. de las Merce-des);

Rionegro (Parroquias Catedral, N.S. del Perpetuo Socorro, Presentación de Nuestra Señora y Capilla de San Francis­co);

San Carlos (P.N.S. de los Dolores);

Sonsón (P.N.S. de Chiquinquirá).

Girardot (Cund.) (P. Catedral),

Praga (Huila)

 

Casas Episcopales:

La Ceja (Ant.),

Arauca (Arauca),

Facatativa (Cund.),

Garzón (Hui­la),

Ibagué (Tol.),

Santa Rosa de Osos (Ant.),

Santa Fe de Antioquia (Ant.),

San Gil (Sder),

San José del Guaviare (Guaviare),

Casa de Monseñor Ardila (Bogotá),

Girardota (Ant.).

 

Seminarios:

Siervos del Espíritu Santo (La Ceja),

Diocesano Nuestra Señora (Marinilla),

Intermisional San Luis Beltrán (Bogotá),

Seminario Diocesano (Girardota),

Seminario Campesino Cristo Sacerdote (Yarumal).

 

Otras obras sacerdotales:

Obras Misionales Pontificias (Bogotá),

Casa Sa­cerdotal "El Rodeo" (La Ceja),

Casa de des­canso (Anapoima),

Ciudadela de Jesús (La Ceja).

 

Casa Generalicia:

Nazaret (La Ceja).

 

La Hermana Imelda

 A lo largo de sus 35 años de existen­cia, las Hermanas Siervas de la Iglesia han contado con el servicio generoso de la Hermana Imelda Ramírez Montenegro como Superiora General, al principio "de hecho" por decisión de las demás Religiosas y tácita aprobación de Monseñor Uribe; esta tarea sólo se vio interrumpida en 1986 cuando al ser presentadas "ad experimentum" las nue­vas Constituciones del futuro Instituto fue nombrada por el Obispo Diocesano como Superiora la Hermana Serafina Muñoz Carreño, hasta 1991. El 1° de enero de 1991 tiene lugar el primer Capítulo y es elegida para dicho cargo la Hermana Imelda, reelegida en los si­guientes capítulos: por primera vez el 25 de enero de 1999 y por segunda vez el 9 de enero de 2005.

 Su figura sencilla, silenciosa, prudente, recatada, humilde y generosa hace que en verdad las demás Religiosas la acaten con cariño, no sólo por la norma canónica sino por el afecto filial que le tienen.

 Hermano Sacerdote: Si usted conoce jóvenes que quie­ran seguir al Señor y servir a la Iglesia en el INSTITUTO DE HERMANAS SIERVAS DE LA IGLESIA, preséntelas ante la Casa Generalicia, Teléfono 553 13 47, Casa Nazaret, La Ceja (Antioquia, Colombia).

CARISMA: SERVIR A LA IGLESIA EXPRESAMENTE EN SUS SACERDOTES.

LEMA: "IN LAUDEM MINISTERII CHRISTI". Efectuar constantemente la Epifanía o manifestación de este as­pecto de Cristo, "el siervo, el servidor". Estar en medio de sus hermanos como el sirviente a imitación de Cristo.

PBRO.IVAN TOBON ZAPATA
Rector

PBRO. GABRIEL JAIME GOMEZ
Formador

PBRO. ALBERTO ZAPATA
Director Espíritual
PASTORAL VOCACIONAL
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